Leonardo Da Vinci es una verdadera obra maestra. Sus flores dramáticamente cuarteadas, de color rosa medio, con más de 80 pétalos, siempre florecen en una planta bien contenida. Cada flor está perfectamente pintada como si hubiera sido extraída de un mural de Da Vinci. Espere una fragancia suave a té y tallos espinosos moderados.
El ideal de la floribunda es un ramo listo para usar en un solo tallo. Las plantas son ordenadas, lo que las convierte en acentos perfectos para jardines o en impresionantes parterres de variedades iguales o similares. Algunas de las variedades más encantadoras tienen pétalos simples o casi simples. Mientras que 20 a 30 pétalos dispuestos de forma informal pueden ser más comunes, otras floribundas tienen racimos de flores similares en forma a las rosas híbridas de té a menor escala. Cualquiera que haya viajado por Europa y observado los vastos parterres de rosas a lo largo de las carreteras públicas podría pensar que las floribundas son principalmente rojas; sin embargo, aparecen en todos los colores de rosa. Las floribundas decepcionan cuando no tienen fragancia y muchas carecen de aroma, cuando pasa mucho tiempo entre los ciclos de floración y cuando las viejas ramas persisten lo suficiente como para convertirse en un desastre empapado después de una fuerte lluvia.
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